Zorrotzaurre-mp



Publicado en El Pa’s, Pa’s Vasco, domingo 21 abril 2013

Bilbao ante su futuro urbano

Antonio Rom‡n



El M‡ster Plan del ‡rea de Zorrotzaurre fue encargado a la arquitecta londinense Zaha Hadid y ahora, como Plan Especial, constituye la principal operaci—n urbana en curso. La propuesta se enmarca en el proceso de reconversi—n de un antiguo tejido industrial y plantea una isla fluvial de uso residencial en la R’a del Nervi—n a lo largo de dos kil—metros y medio, entre Deusto por la margen derecha, y Olabeaga y Zorrotza por la izquierda. Se prevŽn unas cinco mil quinientas viviendas en sesenta y cinco hect‡reas adem‡s de oficinas, comercios y dotaciones: la futura isla es la mayor reserva de h‡bitat urbano para Bilbao, que busca afirmarse como capital de los casi un mill—n de habitantes y treinta municipios metropolitanos.

Desde 2004 el Ayuntamiento de Bilbao, el Gobierno Vasco, la Autoridad Portuaria y los propietarios del suelo promueven este plan que, desarrollado por la Premio Pritzker y varios equipos de urbanistas, ha sido bien acogido. No obstante, ya han emergido ciertos factores de riesgo que piden flexibilizar su dise–o. La crisis est‡ llevando a muchos posibles inversores a retraerse en sus proyectos de promoci—n inmobiliaria, aplazando llevar a tŽrmino el plan. Adem‡s, como factor en que centrarme, el actual cambio clim‡tico est‡ forzando a revisar muchas de las previsiones sobre cat‡strofes naturales, cuando, cada vez m‡s alejados de las inundaciones de 1983, se atenœa la percepci—n de estos riesgos en el ‡rea.

Su detallada elaboraci—n hace del plan de Zorrotzaurre un proyecto urbano seductor. La isla, con sus lotes transversales abriŽndose sobre la R’a y con sus muelles, paseos y puentes enlazando las m‡rgenes, configura un atractivo waterfront: una tendencia contempor‡nea a los espacios costeros y fluviales resultado de una "estetizaci—n de la realidad" como corriente dominante que alcanza al dise–o urbano. La variada sucesi—n de edificios, con sus reflejos imaginados mediante efectos inform‡ticos, prometen una conquista virtual del futuro h‡bitat de Bilbao para el ciudadano.

Sin embargo, la tendencia tradicional no ha sido el acercarse al agua, sino precaverse de ella ante la insalubridad y los riesgos de inundaci—n; una tradici—n sostenida por tratadistas como L.B. Alberti y tambiŽn por propuestas actuales como es la isla Seguin, en el Sena. A pesar de su irracionalidad, los waterfronts han proliferado dictados por esa estetizaci—n del espacio urbano y, dado su reclamo, por su mayor rendimiento inmobiliario. La isla de Zorrotzaurre, bordeada por dos l‡minas de agua, hoy parece m‡s atractiva que una corta de la R’a: el disminuir su sinuosidad mediante un proyecto similar al Canal de Deusto, ya anticipado en 1943, que incluso ganar’a m‡s suelo para Bilbao en la margen izquierda.

Un punto crucial ha sido determinar los perfiles longitudinales de las calles fijando la cota m‡xima de inundabilidad en 4,50 metros sobre el nivel del mar. ƒste es un dato ÒpositivoÓ. Corresponde a un umbral que no debe ser superado en 500 a–os: hay un 0,20 % de probabilidad de que las aguas lo superen. Esa cota contrasta con el Plan General de 1995 el cual, al tener mucho m‡s recientes las inundaciones de 1983, fijaba las rasantes en m‡s de 7,00 metros. El Plan General guardaba mayor seguridad hasta que en 2008 se rebaj— la cota con una modificaci—n, aprobada en 2011. Las cat‡strofes recientes junto a otros efectos clim‡ticos como es el aumento del nivel del mar, est‡n llevando a algunos pa’ses a multiplicar hasta por diez los periodos de retorno. Esto es, parece obligado reconsiderar los par‡metros de inundabilidad adoptados en Zorrotzaurre. De manera similar a otros escenarios clim‡ticos, es posible que en Bilbao las inundaciones catastr—ficas estŽn m‡s cerca de los quince a–os de los aguaduchos que de los quinientos estipulados.

En contraste con este aumento de los riesgos de cat‡strofe, su percepci—n psicol—gica se ha atenuado. Quienes sufren inundaciones como las de 1983, saben del des‡nimo de la poblaci—n, del esfuerzo y coste social de reconstrucci—n que supone superarlas. El haber rebajado la seguridad en Zorrotzaurre es un s’ntoma del olvido de la huella del desastre. La actual recesi—n es una oportunidad para reflexionar sobre las decisiones adoptadas con excesivo optimismo y avanzar con una pol’tica urbana responsable que evite hipotecar a las generaciones futuras.

Hace ya un siglo, la ciudad de Chicago se planific— visionariamente con una doble elevaci—n de su sistema viario respecto a su r’o, integr‡ndose y protegiŽndose respecto al agua. La actual revisi—n del Plan General no deber’a obviar una evaluaci—n de la vulnerabilidad al riesgo en Zorrotzaurre. Todav’a es posible descartar lo que de espejismo hay en la estetizaci—n del espacio urbano proyectado y apostar por la integraci—n urbana. Eso s’, habr’a que adecuar el dise–o urbano a una menor vulnerabilidad a las inundaciones; incentivar las expectativas inmobiliarias, e incorporar el Metro al ‡rea proyectada. Se trata de integrar Zorrotzaurre, afirmar la centralidad de Bilbao. Es decir, abrir una v’a para la articulaci—n urban’stica de la R’a en favor del h‡bitat metropolitano.


Antonio Rom‡n
es arquitecto (Madrid y Harvard) radicado en Bilbao. Entre sus publicaciones, ha sido codirector de la obra Bilbao 1300-2000: una visi—n urbana.


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